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En la actualidad, existen dos hipótesis aparentemente contradictorias que caracterizarían al desarrollo cerebral durante la infancia y la adolescencia:
(A) Una de ellas propone que durante el desarrollo la activación ante demandas de procesamiento específicas, cambia según un gradiente de difusión-focalización. Es decir, que se trataría de un cambio en los patrones de activación neural según el cual en etapas tempranas del desarrollo las áreas cerebrales se involucraría de forma relativamente difusa; mientras que en etapas posteriores lo harían de forma más focalizada y específica. Esto ocurriría tanto en términos del número de regiones involucradas, como de su volumen.
(B)La segunda hipótesis, propone que los cambios son de un patrón de activación local a otro más distribuido. Es decir que el cambio sería en la manera en que la actividad se correlaciona en todo el cerebro, siendo en primera instancia más localizado, para luego cambiar a una organización que correlacionaría áreas más distantes entre si.
En el sitio al que lleva el título de esta entrada, se describe con mayor detalle la evidencia empírica que sostiene a cada una de ambas hipótesis (lo cual incluye a las referencias bibliográficas), concluyendo con un debate en el que se aborda la cuestión de cómo pueden relacionarse entre si ambas propuestas a partir de la aplicación de modelos computacionales.
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