Investigadores del Proyecto Young Lives publicaron un trabajo basado en un estudio con diseño longitudinal que involucró a más 8000 niños de Etiopia, India, Perú y Vietnam, con el fin de analizar si los cambios antropométricos después de la infancia se asocian a los niveles de desempeño cognitivo y escolar a la edad de 8 años. Los resultados indicaron que el crecimiento se asoció inversamente con repetición de grado y positivamente con el desempeño en matemática, lectura, comprensión de textos y vocabulario receptivo. El estudio muestra que los niños que se recuperaron en el crecimiento lineal tuvieron mejores desempeños que aquellos que tenían retraso persistente (trastornos de crecimiento).
La implicancia más importante de estos resultados incluyen es que el crecimiento de los niños después de los primeros 1000 días podría beneficiar el desarrollo cognitivo y el desempeño escolar. En consecuencia, si bien las intervenciones tempranas siguen siendo fundamentales, las intervenciones para mejorar la nutrición durante el período preescolar y escolar temprano también deberían ser consideradas por los que diseñan políticas públicas y por quienes las financian.
No hay comentarios:
Publicar un comentario