Un grupo de investigadores de la Unviersidad de Leicester (UK), analizó ciertas porciones específicas de las neuronas de ratones, que estarían involucradas en procesos de aprendizaje y recuerdo, y encontraron que es posible alterar los recuerdos, mitigando con ello el efecto estresante de ciertas memorias traumáticas.
El grupo de investigadores identificó una proteína (lipocalina-2) que el cerebro produce en respuesta al estrés, y encontró que aquellos ratones que no la producían tendían a esconderse más en la oscuridad. Los resultados de este estudio son potencialmente importantes para la comprensión de los procesos de estrés relacionados con la adversidad ambiental y diferentes trastornos de la conducta, ya que la producción de la proteína podría constituir un factor de protección de la ansiedad excesiva y con ello contribuir a afrontar con mejores recursos ciertos acontecimientos vitales adversos.
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