Investigadores de la Universidad McMaster y del Instituto
Rotman en Canadá, encontraron que la participación activa en una experiencia
musical de bebés de 6 meses se asocia a una mejora en la adquisición de ciertas
tonalidades, en comparación con bebés de la misma edad que sólo fueron
expuestos a la misma música. Asimismo, los bebés del primer grupo, luego de la
intervención manifestaron un patrón más maduro de desarrollo prelinguístico, de
competencias comunicativas y sociales. Los resultados de estos estudios
sugieren que los bebés pueden participar en intervenciones musicales con
abordajes pedagógicos adeucados, que la participación activa durante el primer
año de vida puede contribuir con la adquisición de pautas musicales de la
cultura de crianza e impactar sobre el desarrollo social.
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