La experiencia materna de eventos estresantes durante el embarazo, ha sido asociada reiteradamente con una serie de consecuencias adversas para el desarrollo de los hijos. No obstante, la medición e interpretación del estrés prenatal varía entre los estudios reportados, por lo que es importante diseñar investigaciones longitudinales, que obviamente requieren de cantidad y calidad de recursos humanos y materiales acordes a los requerimientos.
Un ejemplo de este tipo de esfuerzos, es el estudio Raine, financiado por la Fundación
Raine de Investigación Médica de la Universidad de Western Australia, el National Health and Medical Research Council de Australia, la Fundación Telstra, la Fundación Western Australia Health Promotion
y el Australian Rotary Health Research Fund.
Específicamente, el estudio Raine es una investigación longitudinal que lleva 14 años de seguimiento, que ha logrado incluir una muestra de 2900 mujeres que durante su embarazo experimentaron eventos de estrés entre las semanas 18 y 34 de gestación. En un recorte de análisis publicado recientemente, a las edades de 2, 5, 8, 10 y 14 años, se les administró a los hijos de tales mujeres la escala Child Behavior Checklist con el objetivo de analizar la asociación entre eventos estresantes de la madre durante el embarazo y la conducta socioemocional de sus hijos durante el desarrollo. Eventos de estrés independientes (e.g., la muerte o pérdida del empleo familiar) y dependientes (e.g., problemas financieros y conyugales), se asociaron significativamente con una mayor incidencia de la morbilidad de la salud mental entre las edades de 2 y 14 años.
Estos resultados, que fueron independientes de la exposición a estrés postnatal, sostienen una vez más la importancia de mejorar el apoyo para las mujeres con exposición a estrés crónico (e.g., las que viven en condiciones de pobreza), durante el embarazo, para el caso que se tenga algún interés en proteger y mejorar tanto su salud mental, como la de sus hijos.
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